Sin saber qué hacer se colocó lo más cerca posible de la puerta, por si podían intercambiar algun 'mensaje', incluso corto. En lugar de la voz de Darcy, que ocupaba el extremo opuesto al entrar, ella recibió un pequeño libro de sonetos de manos del señor Bingley que se vio obligada a coger con disimulo, ante la atónita mirada de Jane, que comprendía bien poco de la razón de aquél regalo. Incluso la buena hermana quedó descolocada por el comportamiento de su prometido.
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Los planes eran salir a dar una vuelta por los jardines e ir a mirar trajes de boda a Meriton, allí se harían dos comitivas. Por supuesto los caballeros ver ningún modelo de novia y viceversa las damas con los de novio. Así y todo cuando Elisabeth salía dando el brazo a su madre, y el libro cayó de sus manos pudo ver dentro una nota que decía:
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Amada Elisabeth:
Desconozco cómo siempre llega a las noticias que deseo esconder, incluso, cuando esas noticias están en mi mismo corazón. De cualquier forma y si no lo sospecha ya, USTED es el motor de todos mis comportamientos, espero que al llegar a su casa la encontraré menos triste que la última vez que nos vimos. ESO será para mí una meta alcanzada, una batalla ganada.
Aunque mis argumentos actuales (Quizá sí los pasados) no tienen nada de 'bélicos' continuaré con esta jerga hasta ganar 'la guerra'.
Mis sentimientos no han cambiado Elisabeth, lo sabe muy bien. Pero no quiero molestarla más si usted no va a aceptarme, sé que usted me estima lo suficiente para no mentirme. Y su pasada carta ha sido como una ventana abierta a mi esperanza. Sólo una mirada suya me bastará. Sabré si tengo que quedarme o que marcharme.
Suyo, F. D.>>